Tenemos una mente. Es ilimitada, a esa conclusión he llegado. Pero perezosa. La gente dice: «Siente las cosas cerrando los ojos». Yo digo: «No, ¡siente las cosas abriendo los ojos! Muy abiertos».
Ahora ya sé a la perfección, y sin ideas inmaduras, que ser vampiro no es un privilegio. También sé que es muy posible cruzarse con un vampiro. Leed (y releed, si es preciso) este libro para...