Cuando ya no nos quedan lágrimas por llorar, aún nos queda… ¡la risa!
El mundo en que Ana Novac despierta a la juventud es un mundo de horror, macabro y distorsionado, pero incluso allí hay espacio tanto para lágrimas como para risas, para comprender qué signifi ca morir y qué signifi ca sobrevivir. La posesión de un diario y un lápiz se convierte en ese contexto en el sentido de la...