A veces basta con oír la música para enamorarse.
Atena era valiente y soñadora, aunque entre las paredes de su hogar el tiempo se detuviera y le costase respirar. Joel era un torbellino de creatividad hasta que la crisis pulverizó sus ambiciones, obligándole a tomar un rumbo profesional distinto al que había imaginado.
La historia de Atena y Joel empezó de manera casual. Una tarde rodeados...