El país que quieren los dueños

ALEJANDRO BERCOVICH pisó por primera vez la bóveda de un banco el mismo año en que conoció un alto horno siderúrgico, un pozo petrolífero, una terminal automotriz y su primer centro de logística y distribución. La convertibilidad se derretía y empezaba a palpitarse el estallido de rabia popular de diciembre de 2001, pero el autor se asomaba, como aspirante a cronista de Télam, a la potencia productiva de un país que no terminaba de resignarse al subdesarrollo.
Ese mismo año bisagra empezó a conversar con empresarios y notó cómo influían con sus decisiones sobre las vidas de miles de compatriotas. Ya estudiaba Economía en la Universidad de Buenos Aires pero en esas charlas advirtió que también razonaban en términos políticos. Así se le abrió el mundillo del poder económico que lo fascinaría durante las siguientes dos décadas y media de carrera periodística en medios como El Cronista, Página/12, Crítica de la Argentina, Buenos Aires Económico, ElDiarioAR, C5N, Metro, Rock&Pop y Radio Con Vos.