Rafael Tarradas posee sin duda una gran capacidad narrativa y lo ha vuelto a demostrar en esta segunda novela tras el rotundo éxito de El heredero. Ahora nos ofrece toda una saga familiar ambientada en un paraíso tropical de ingenios azucareros y alta sociedad con un sinfín de esclavos a su servicio. Revela también la bomba de relojería que eran aquellos momentos convulsos, donde ya se había prohibido el tráfico de esclavos, pero todavía no se había abolido la esclavitud, los esclavos luchaban por su libertad y sus derechos, los ingenios veían peligrar su mano de obra y toda una forma de vida se tambaleaba en la cuerda floja como en Lo que el viento se llevó. Todo ello envuelto en una trama de asesinatos con una protagonista mala malísima, y una plantadora que investiga a lo Miss Marple, en un sinfín de fiestas, vestidos, joyas, una Habana bellísima, un Valle de los Arcángeles a lo Falcon Crest, en una ambientación muy lograda y documentada.