“Era una mañana clara y tibia, con un cielo límpido y azul que interpreté como una promesa, como un buen augurio para el año que acababa de comenzar. En cuanto escribí las últimas palabras, sonó el celular. Era mi hermana, para decirme que mi madre había muerto”.
Rosa, Rosita, es una mujer bella, suave, melancólica, que a la vejez sufre un lento y prolongado deterioro. La narradora,...