«Tal vez ustedes no lo sepan, pero todas somos pornolectoras. Todas las lectoras lo somos, sin excepción, incluidas las solteronas y las monjas. Cuando una niña de cualquier lugar del mundo tiene en las manos su primer libro, se convierte de inmediato en pornolectora, lo quiera o no. Probablemente lo ignorará toda la vida; sin embargo, nadie le devolverá la inocencia.»
Este libro libera a...