“Estaba contento con pintar su vida; no necesitaba mostrarla. Vivir su vida, para él, era pintarla.”
A los nueve años, Juan Salvatierra quedó mudo después de un accidente de caballo. A los veinte, empezó a pintar en secreto una serie de larguísimos rollos de tela que registraban minuciosamente la vida de un pueblo litoraleño.
Tras su muerte, sus hijos viajan desde Buenos Aires para...