El epígrafe que abre este relato revela ya mucho más que cualquier explicación tanto del prologuista como del editor : “Las cándidas memorias de un oficial del Ejército hindú, más aficionado a las artes del amor que a las de la guerra”. . .
Cabría dudar de la autenticidad de estas memorias, dado que su autor se oculta tras el seudónimo de Charles Devereaux, capitán del Ejército...