Eva García Sáenz de Urturi: «Una novela es un ejemplo de cómo debería vivirse una vida»
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A pesar de decidirse por una formación en Óptica y Optometría, Eva García Sáenz de Urturi llevaba lo de escribir muy dentro: la literatura la llamaba, e incluso consiguió ganar diversos premios de relatos cortos mientras compaginaba su vida trabajando en una multinacional. Tras estar diez años dedicándose a ese mundo, sin embargo, decidió trasladarse al entorno universitario y pasar las noches escribiendo su primera novela: una imaginativa y ambiciosa odisea a través de los siglos en la que se mezclan misteriosas investigaciones, historia antigua y un amor lo suficientemente fuerte como para superar los límites del tiempo. Esta actividad noctívaga terminó convirtiéndose, tres años más tarde, en un fenómeno internacional: La vieja familia, La saga de los longevos, que ahora, quince años, nueve libros, una legión de fans apasionados y cuatro millones de lectores en todo el mundo después, reedita en Editorial Planeta, con la que también publicará el segundo (Los hijos de Adán) y el tercer libro (El camino del padre), este último inédito, a lo largo de 2025.
Nunca olvides que ser longevo no te hace inmortal.
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Iago del Castillo es un carismático y atractivo longevo de 10.300 años de edad con un cerebro prodigioso.
Sin embargo, cuando una mañana despierta en San Francisco, lejos de su hogar en Santander, no es capaz de recordar ni su nombre ni los detalles de la misteriosa investigación que le ha llevado hasta allí; una investigación con la que pretende descifrar los motivos por los que ni él ni los demás de su familia envejecen.
Pero ni Iago ni Héctor, su padre, tienen intención de compartir los resultados; ellos son conscientes de los riesgos y el sufrimiento que implica su modo de vida. Son sus hermanos Jairo (un conflictivo escita de casi 3000 años) y Kyra (una huidiza celta de 2500 años) los que, cansados de transitar solos a través de los siglos y hastiados de tener que enterrar a sus hijos, están empeñados en crear una estirpe de longevos como ellos.
Al mismo tiempo, Adriana, una arqueóloga especializada en Prehistoria, está dispuesta a aprovechar que el destino la ha traído de vuelta a su Santander natal para aclarar el extraño suicidio de su madre ocurrido quince años atrás.
Desde el principio, Iago y ella sentirán una poderosa atracción el uno por el otro, aunque ambos intenten ignorarlo.
Eva García Sáenz de Urturi, una de las autoras españolas más vendidas en todo el mundo, publica por primera vez la trilogía completa con la que comenzó su carrera, La saga de los longevos. Una trama sumamente original, con una intriga apasionante y adictiva, en la que se mezclan muertes, historia antigua y un amor que atravesará el tiempo. En 2024 se publicará la primera parte, La saga de los longevos 1. La Vieja Familia y, a lo largo de 2025, la segunda y la tercera.
«No puedes parar de leer. El libro te atrapa»
«Con grandes tintes de thriller, flashbacks históricos, acción… Adictivo de principio a fin»
«Me enamoré de su obra con la saga de la Ciudad Blanca pero con esta se ha superado»
Para un longevo el pasado siempre vuelve en forma de problemas
LA CUENTA ATRÁS ESTÁ LLEGANDO A SU FIN
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EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA
La inesperada vuelta del hijo de Iago del Castillo, a quien creyó muerto en la batalla de Kinsale en 1602, alterará la tranquila vida que este y Adriana habían conseguido construir en Santander. Sin embargo, Gunnarr, el corpulento joven de melena rubia y ojos idénticos a los de su padre, ha regresado para ejecutar la venganza que juró llevar a cabo hace quinientos años.
23.000 a. C., Europa: Lür teme ser el único hombre sobre la tierra. Solo, sin fuerzas ni apenas esperanza, recorre el continente desolado que ha dejado la última glaciación en busca del clan de Los Hijos de Adán y de su legendaria matriarca, Adana, de quien se dice que no envejece.
800 d. C., Dinamarca: Gunnarr se convierte en berserker, un peligroso guerrero perteneciente a un grupo de mercenarios vikingos que pelean semidesnudos y no sienten dolor.
1620 d. C., Nueva Inglaterra: Urko se embarca en el Mayflower hacia las costas de Massachusetts para construir la colonia de Plymouth. Allí conocerá a Manon Adams, una mujer fuerte e inteligente que dejará huella en él a pesar del paso del tiempo.
Iago y los demás de La Vieja Familia están a punto de descubrir que su vida ha estado en peligro desde antes de su nacimiento porque, para un longevo, el pasado siempre vuelve en forma de problemas, y estos solo acaban de empezar.
Eva García Sáenz de Urturi, una de las autoras españolas más vendidas en todo el mundo, publica por primera vez la trilogía completa con la que comenzó su carrera, La saga de los longevos. Una trama sumamente original, con una intriga apasionante y adictiva, en la que se mezclan muertes, historia antigua y un amor que atravesará el tiempo. En 2024 ha publicado la primera parte, La saga de los longevos 1. La Vieja Familia, y, a lo largo de 2025, La saga de los longevos 2. Los Hijos de Adán y La saga de los longevos 3. El Camino del Padre, el esperado cierre de la trilogía.
«La segunda entrega de la saga de los longevos tiene tanto o más emoción e intriga que el primer libro»
«Una de las mejores tramas que he leído»
«Me gusta como escribe, muy buen libro, como todos sus libros»
Los artistas, en general, sois gente peculiar con manías para ejecutar vuestro arte. ¿Tú tienes rituales a la hora de escribir? Eduardo Mendoza, por ejemplo, decía que él escribía de pie, como Hemingway.
Esta es una pregunta que me hacen a menudo en entrevistas y lo cierto es que no, más allá de poner el culo en la silla y no levantarlo en ocho horas [ríe]. El único ritual que a mí me ha funcionado es el de echarle tiempo, mucho tiempo. Eso sí, llevo casi siempre encima algunos talismanes: un sílex, una runa vikinga, un trozo de madera de abedul... este último lo llevaba colgado el día que gané el Premio Planeta, debajo del vestido.
¿Y los usas de amuletos?
No, no tanto como amuletos, sino como una extensión de mis personajes. El sílex representa la presencia de Iago; la runa, la de Gúnar... En los quince años que han pasado desde que escribí La vieja familia, cuando me he encontrado ante una situación difícil, me he aferrado al sílex y me he dicho a mí misma: “¿Qué haría Iago?”. Y lo que haría Iago suele ser una reacción inteligente, así que le hago caso.
Es que, claro, una persona con diez mil años de experiencia sabe un poquito más que nosotros... Como bien has dicho, escribiste La vieja familia –el primer libro de La saga de los longevos– hace tres lustros, y ahora has trabajado en una reedición. ¿Habéis cambiado muchas cosas con respecto al original?
Me gusta decir que le he cortado las puntas, como cuando vas al peluquero. Al recuperar la novela original, con sus más de setecientas páginas, caí en su verdadera magnitud, y también me di cuenta de que había muchas escenas que tenían que ver con el día a día del museo en el que trabajan los protagonistas, con el personaje de Adriana y con la arqueología en general que no conectaban con los conflictos que más adelante desarrollo en las siguientes entregas y que era mejor eliminar. Cuando la revisé, quise ser honesta conmigo misma y preguntarme: la Eva de 2024, ¿qué publicaría? Porque esa es otra: desde entonces he publicado nueve novelas más, he escrito cinco thrillers, he ganado un Premio Planeta. Escribo más rápido, pero sobre todo escribo diferente.
El Premio Planeta no es el único que has ganado: en 2017 recibiste el Premio SER de Álava. ¿Qué se siente al ser reconocida en casa?
Después del éxito de El silencio de la ciudad blanca, me dieron varios premios... ¡y me hicieron chupinera! Es el mayor orgullo de mi vida, como lo sería para cualquiera de Vitoria.
El silencio de la ciudad blanca
Trilogia de la Ciudad Blanca 1
La novela que dio inicio al fenómeno imparable de la Trilogía de la Ciudad Blanca.
«Una ciudad aterrorizada por el regreso de unos asesinatos rituales. Un experto en perfiles criminales que esconde una tragedia. Un thriller hipnótico cuyas claves descansan en unos misteriosos restos arqueológicos»
Tasio Ortiz de Zárate, el brillante arqueólogo condenado por los extraños asesinatos que aterrorizaron la tranquila ciudad de Vitoria hace dos décadas, está a punto de salir de prisión en su primer permiso cuando los crímenes se reanudan de nuevo: en la emblemática Catedral Vieja de Vitoria, una pareja de veinte años aparece desnuda y muerta por picaduras de abeja en la garganta. Poco después, otra pareja de veinticinco años es asesinada en la Casa del Cordón, un conocido edificio medieval.
El joven inspector Unai López de Ayala —alias Kraken—, experto en perfiles criminales, está obsesionado con prevenir los crímenes antes de que ocurran, una tragedia personal aún fresca no le permite encarar el caso como uno más. Sus métodos poco ortodoxos enervan a su jefa, Alba, la subcomisaria con la que mantiene una ambigua relación marcada por los crímenes… El tiempo corre en su contra y la amenaza acecha en cualquier rincón de la ciudad. ¿Quién será el siguiente?
Una novela negra absorbente que se mueve entre la mitología y las leyendas de Álava, la arqueología, los secretos de familia y la psicología criminal. Un noir elegante y complejo que demuestra cómo los errores del pasado pueden influir en el presente.
Primera parte de la Trilogía de la Ciudad Blanca: El silencio de la ciudad blanca, Los ritos del agua, Los señores del tiempo.
Precisamente a raíz de El silencio de la ciudad blanca has reclutado una legión de fans que se hacen llamar ‘los krakenianos’. ¿Tienes constancia de algún krakeniano célebre?
¡Muchos! Lorenzo Caprile, Joaquín Prat, Alberto Chicote, Lolita... Algún que otro político también, pero no revelaré sus nombres.
Volviendo a La saga de los longevos, Iago –su protagonista– aparenta unos 25 o 30 años, pero en realidad tiene 10.300. Lur llega a los 28.000. ¿A ti te gustaría vivir tanto?
Tanto creo que no. Quizá me gustaría vivir como Jairo, que ronda los 3.000, aunque me imagino viviéndolos de ahora hacia el futuro. Siendo mujer, no me veo habiendo soportado los 3.000 años anteriores.
Inevitablemente, esta circunstancia recuerda a la tradición literaria vampírica. ¿Te has inspirado en absoluto en este mundo?
No. De hecho, quería evitar relacionarlo con lo vampírico y con la fantasía en general lo máximo posible. Por supuesto existe una premisa que es fantástica, la de alguien que nació hace 10.000 años y sigue vivo. Pero, al desarrollar el resto de la trama, mi intención era alejarla de las insinuaciones de superpoderes como la capacidad de regeneración o de las debilidades como la vulnerabilidad al sol. No quería dotar a estos personajes de ningún rasgo fantástico más allá del no morir, el no envejecer.
La manera práctica de superar el problema de no envejecer es reinventarse, y los longevos cambian de identidad cada diez años. ¿Cómo consigues que sorteen las trampas de la burocracia?
Pues entre ellos tienen a Lira, que es experto en falsificaciones. Viviendo tanto tiempo, pueden especializarse en prácticamente todo. Iago, por ejemplo, tiene 43 carreras.
Claro, y esta acumulación de conocimiento es la que hace nacer uno de los principales conflictos de la novela, el enfrentamiento que hay entre Iago y Adriana: ella se aferra a la ciencia para confirmar ciertas hipótesis de las que, al final, tampoco está segura; y donde la ciencia no llega a dar respuestas, Iago las suple, porque él ha vivido esos vacíos de primera mano. ¿Todas esas respuestas salen de tu imaginación?
Rellenar esos espacios de conocimiento fue uno de los principales retos del proceso de escritura. Me dediqué a leer mucha antropología cultural: es decir, testimonios y estudios de antropólogos que se habían desplazado a convivir con tribus primitivas e intentaban rescatar aquello que no fosiliza cuando la gente desaparece, lo que pensaban, lo que creían. Yo seleccionaba de entre las teorías de estos antropólogos la que me parecía más plausible para explicar ciertas cosas, pero sabía que, aun así, escogiera lo que escogiera, todo era especulación, porque nunca lo sabremos. Eso es un poco lo que siente Adriana en el libro.
¿Cómo consigues tal grado de verosimilitud y de profundidad psicológica en tus personajes? ¿Es algo creativo, intuitivo o de observación de personas reales que te rodean?
El caso de los longevos creo que era el más difícil, porque tenía que construir el carácter de alguien que había vivido 10.000 años, 28.000 años, y era un ejercicio para el que no tenía un parangón en la vida real. Cuando me dispuse a crear a Kraken, me resultó mucho más fácil porque no tenía que abstraerme y pensar: “¿Qué sentirá alguien que ha sobrevivido al Medievo, que ha atravesado tantos cambios culturales? ¿Sería capaz de adaptarse?” Por eso me tomó casi tres años escribir la novela, porque solo con el personaje de Nagorno estuve seis meses intentando trasladar toda la cultura escita que tratamos en abstracto a una personalidad viva de hoy en día. Nagorno, si te fijas, solo viste con ropa color tierra. Según lo que llegué a leer sobre los escitas, llevaban ropa de esos colores porque creían que los conectaba a la tierra y así no morían. Iago, por ejemplo, solo viste con colores azules porque arrastra la superstición de su clan, según la cual, si no puede ver diariamente el mar, perderá el color de sus ojos, su identidad de clan. Hay muchos detalles de la personalidad de los personajes a los que un lector no llega, solo puede intuirlos. Es el autor el que los conoce, y son los que aportan texturas, capas y verosimilitud a las historias.
¿Crees que la literatura y la psicología están conectadas?
Te puedo contestar como escritora y como lectora, y como escritora te diré que el acto de escribir tiene mucho que ver con la psicología. Los personajes que más consiguen conectar con los lectores son aquellos escritos por compañeros de profesión que saben mucho de psicología, bien porque leen teoría o porque son personas muy empáticas que conocen profundamente la naturaleza del comportamiento humano. En el proceso de crear personajes completos, complejos y atrayentes hay mucha psicología. Y, como lectora, pienso que la literatura tiene mucho que ver con la psicología porque creo que la ficción es una gran herramienta para ayudarnos a comprendernos a nosotros mismos y superar ciertas etapas vitales. Por ejemplo, una novela que siempre recordaré, que me dejó marca cuando estaba embarazada: La vieja sirena, de José Luis Sampedro. Y hace unos años leer La chica salvaje, de Delia Owens, me sirvió casi tanto como ir a terapia. Leer te permite ver, entender, vivir otras experiencias: para mí, una novela no es más que el autor mostrando un ejemplo de cómo debería vivirse una vida en unas circunstancias concretas.
Eva García Sáenz de Urturi ha sido la primera invitada de la segunda temporada de ¿Te quedas a leer?, el pódcast de PlanetadeLibros en colaboración con El Terrat. En cada episodio, Bárbara Goenaga y Esti Gabilondo invitan al estudio a autores del momento para charlar sobre sus libros y lecturas, hacer un poco de “salseo” literario y pasar un rato agradable con muchísimo humor. Esta entrevista resume los mejores momentos del episodio, que puedes recuperar íntegro siguiendo este enlace.
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