5 claves para controlar la inflamación, el peso y los picos de insulina

¿Sabías que lo que comes puede marcar la diferencia entre sentirte agotado o lleno de energía? En su nuevo libro De la boca a tu salud, Ángela Quintas, especialista en alimentación, nos invita a comprender cómo una dieta equilibrada puede ayudarnos a controlar la inflamación, mantener un peso saludable y evitar los temidos picos de insulina. Sin fórmulas mágicas ni restricciones imposibles, la autora apuesta por el conocimiento como herramienta clave para transformar nuestra relación con la comida y aprovechar al máximo sus beneficios.

Si alguna vez te has preguntado cómo mejorar tu salud a través de lo que comes, este artículo es para ti. Te contamos las claves esenciales para ayudarte a tomar decisiones conscientes, sentirte mejor y, lo más importante, disfrutar mientras lo haces. ¡Sigue leyendo y descubre cómo pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar!

1. Nutrientes y energía: la base de tu bienestar

Para que nuestro cuerpo funcione correctamente, necesita los nutrientes adecuados. Si no los proporcionamos, es común sentirnos cansados, enfermarnos con frecuencia y no rendir como deberíamos. Los nutrientes son esenciales para levantarnos con energía, pensar con claridad y mantenernos saludables. Un concepto clave aquí es el de las calorías, la medida de energía que los alimentos aportan a nuestro cuerpo. Pero cuidado: no todas las calorías tienen el mismo impacto en nuestro organismo.

Por ejemplo, las calorías provenientes de grasas saludables, como las del aguacate o las nueces, aportan energía sostenida y favorecen funciones esenciales como la absorción de vitaminas. En cambio, las calorías de hidratos de carbono simples, como las de una porción de pan blanco, se descomponen rápidamente, elevando los niveles de azúcar en sangre. Esto puede dar un impulso de energía inmediato, pero también provocar picos de glucosa seguidos de caídas, lo que aumenta la necesidad de insulina y puede generar hambre en poco tiempo. Comprender cómo los distintos nutrientes afectan a nuestro cuerpo es el primer paso para tomar decisiones más conscientes sobre lo que comemos y mantener nuestra energía equilibrada a lo largo del día.

2. Olvida los mitos alimenticios 

El mundo de la nutrición está lleno de mitos que pueden confundirnos y alejarnos de una alimentación equilibrada. En De la boca a tu salud, Ángela Quintas desvela la verdad detrás de estas creencias populares y nos ayuda a tomar decisiones más informadas. Aquí tienes algunos ejemplos, aunque en el libro encontrarás muchos más.

¿Los hidratos engordan?

No son los hidratos en sí el problema, sino cómo los consumimos. Si los ingerimos solos, sin acompañarlos de proteínas, generan picos de insulina que el cuerpo transforma en grasa. La clave está en combinarlos adecuadamente para aprovechar su energía sin efectos negativos.

¿Los alimentos light son más sanos?

No siempre. Muchos productos bajos en grasa incluyen azúcares y aditivos para compensar el sabor y la textura, lo que puede tener un impacto calórico considerable. Light no significa libre de calorías, así que es importante revisar las etiquetas.

¿Es mejor eliminar las grasas?

Eliminar por completo las grasas de la dieta es un error. Nuestro cuerpo necesita grasas saludables, como las monoinsaturadas y polinsaturadas, para funcionar correctamente. Lo importante es limitar las grasas saturadas y trans, no todas las grasas en general.

¿Necesito suplementos para estar sano?

Los suplementos no son necesarios si tienes una dieta equilibrada que cubra tus necesidades nutricionales. Sin embargo, en casos concretos, como deportistas o personas mayores con déficits específicos, pueden ser útiles. Lo ideal es priorizar siempre los alimentos naturales como fuente principal de nutrientes.

¿El ayuno intermitente es para todos?

El ayuno intermitente no es una solución universal. Muchas personas cometen el error de comer en exceso durante las horas permitidas, perdiendo los posibles beneficios de este método. Si decides probarlo, es fundamental mantener una dieta equilibrada y nutritiva.

Estos son solo algunos de los mitos que Ángela Quintas aclara en su libro, ayudándote a entender mejor cómo tomar decisiones conscientes y saludables sobre lo que comes.

3. No culpes a tu metabolismo (de todo) 

Es fácil culpar al metabolismo cuando nos cuesta mantener el peso, pero la realidad es que tenemos más control del que creemos sobre cómo funciona nuestro cuerpo. Aunque no podemos cambiar el metabolismo natural asociado a nuestra edad o genética, sí podemos incorporar pequeños hábitos que lo activen y lo optimicen. Aquí tienes solo algunos consejos prácticos del libro que puedes aplicar en tu día a día y que, según la dra. Ángela Quintas, pueden marcar la diferencia en solo unas semanas.

• Comienza el día en movimiento: Una caminata matutina antes del trabajo puede ser un gran impulso para tu metabolismo. Acompáñala de un desayuno ligero, combinando hidratos y proteínas, como un yogur natural o un puñado de frutos secos.
• Añade pequeños ejercicios diarios: Subir escaleras, hacer sentadillas o movimientos rápidos durante tus descansos laborales ayudan a mantener el cuerpo activo y favorecen el gasto energético.
• Descansa lo suficiente: Dormir entre siete y ocho horas cada noche es fundamental para que el metabolismo funcione correctamente y para evitar problemas como la obesidad.
• Controla el estrés: La meditación, el yoga o simples ejercicios de respiración profunda durante 10 minutos al día pueden reducir el impacto del estrés en el metabolismo.
• Hidrátate bien: Mantener una buena hidratación es clave. Beber agua, infusiones o preparar jarras con mezclas como té verde, hierbabuena y limón no solo te mantendrá hidratado, sino que puede mejorar los procesos metabólicos.

Estos hábitos sencillos son el complemento perfecto para activar tu metabolismo y mejorar tu bienestar general. Como destaca la autora, «cambiar lo que sí está en nuestras manos puede ser la clave para sentirnos mejor cada día» ¡Empieza hoy mismo a probarlos!

4. Mejora tus hábitos alimenticios para reducir la inflamación 

La inflamación aguda es fácil de identificar: un corte en la piel, por ejemplo, genera enrojecimiento e hinchazón mientras el sistema inmune trabaja para sanar la herida. Sin embargo, hay un tipo de inflamación mucho más preocupante: la inflamación crónica y silenciosa. Estas formas de inflamación, menos visibles pero igual de dañinas, pueden acelerar el envejecimiento y afectar significativamente nuestra salud y esperanza de vida.

Los factores detrás de la inflamación silenciosa están directamente relacionados con malos hábitos: el consumo de ultraprocesados, azúcares refinados, grasas trans, alimentos ricos en omega 6, el sedentarismo, el estrés crónico y el desequilibrio de la microbiota intestinal son algunos de los principales responsables. Afortunadamente, la dieta puede ser una poderosa herramienta para combatirla. Incorporar alimentos ricos en nutrientes antiinflamatorios y optar por una alimentación equilibrada puede ayudar a reducir, e incluso revertir, sus efectos dañinos. Como señala Ángela Quintas en su libro, nuestras elecciones alimenticias tienen un impacto directo en nuestra salud. Así que, la próxima vez que elijas qué comer, recuerda que de la boca también parte el camino hacia tu bienestar.

5. Reduce el estrés y combate el agotamiento

El estrés no solo afecta nuestra mente, también tiene un impacto directo en nuestro cuerpo. Cuando estamos sometidos a estrés crónico, el cuerpo produce más cortisol y radicales libres, moléculas que, en exceso, pueden causar estrés oxidativo. Este desequilibrio acelera el envejecimiento celular, aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y genera fatiga y agotamiento físico y mental.

La clave para combatirlo es incluir antioxidantes en nuestra dieta, ya que son los encargados de neutralizar los radicales libres y proteger nuestras células. Alimentos como frutas, verduras, frutos secos y especias como la cúrcuma son grandes aliados en esta tarea. Reducir el estrés con técnicas como la meditación, el ejercicio regular o simplemente dedicar tiempo a cuidarnos también es esencial. Cuidar nuestro cuerpo desde dentro y aprender a manejar el estrés puede marcar una gran diferencia en nuestra energía y bienestar diario.

Cuidar de nuestra alimentación no solo mejora nuestra salud, sino que también nos ayuda a sentirnos más enérgicos, equilibrados y en control de nuestro bienestar. Desde entender cómo funcionan los nutrientes hasta combatir la inflamación silenciosa y reducir el estrés, pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida.

Si quieres profundizar en estas claves y descubrir muchas más herramientas prácticas, De la boca a tu salud es el libro que necesitas. En sus páginas encontrarás consejos claros y efectivos para transformar tu relación con la comida y cuidar de ti desde dentro. ¡Haz de este libro tu guía para vivir mejor y con más vitalidad!