Los siguientes es la última novela de Pedro Simón que pone fin a la trilogía que comenzó con Los ingratos y ese inicio de la vida durante la infancia y siguió con Los incomprendidos, esa fase en que tienes hijos y no eres capaz de entenderlos durante ciertas etapas de su adolescencia. Con esta obra, Pedro Simón abarca la última etapa; el último escalón antes de irnos para siempre. En palabras de Ana María Matute en Olvidado rey Gudú: «Vas a jugar a no volver». Antonio tiene tres hijos: Carmen, Darío y Gabriel. También tiene dos nietos: Hugo, el hijo de Carmen; y Hernán, el hijo de Gabriel. Hernán, a los pocos días de nacer, sufrió un accidente en la cabeza y ahora no puede moverse ni comunicarse bien con la familia; se le cayó a Antonio, cuando este tropezó en unas escaleras, y ahora su hijo Gabriel no se lo perdona. Antonio ya está mayor, a sus ochenta y ocho años, y Carmen, que trabaja en una residencia, ha acordado con sus hermanos que su padre se vaya turnando cada dos meses en sus respectivas casas. Antonio no quiere molestar y trata de pasar desapercibido mientras cada uno de los hijos busca la manera de animarlo antes de que sea tarde. Empecé a leer a Pedro con el segundo, Los incomprendidos, que no acabó de gustarme, quizá porque no tengo hijos y no pude empatizar demasiado; pero con Los ingratos fue diferente, recordando mi infancia y los meses de verano, me sentí más identificado con el protagonista y lo disfruté mucho más. Con Los siguientes estaba expectante, sospechando que la trama estaría relacionada con los mayores, nuestros padres o abuelos, y así ha sido. Cada hijo será narrador en esta novela, contándonos su experiencia teniendo a Antonio en casa; de cómo Carmen tenía que limpiarle el culo cuando se cagaba, o Darío tratándole como a un colega más, o el silencio de Gabriel, viendo a su padre como a un asesino tras el accidente con Hernán. También Hugo, el nieto, y algún que otro personaje tomará la palabra de vez en cuando para hacer su aportación y expresar lo que siente con la situación de Antonio y el resto de la familia. Los siguientes nos incumbe a todos, ya seamos abuelos, padres, hijos o nietos o porque conozcamos a alguien que ha estado o está en una edad complicada, y pensando en que nosotros mismos también llegaremos a ella, aunque aún la veamos lejana. Una novela muy bien narrada, con momentos divertidos y otros un poco más emotivos, para entretener y reflexionar sobre la última etapa de la vida, echando la vista atrás, si aún nos llegan los recuerdos…